Consejos mentales para evitar el dolor
Pensar en positivo, amigarse con el olor, desafiarlo…
Pensar en positivo, amigarse con el olor, desafiarlo…
Hay una frase muy conocida que dice: “No hay dolor” y que se basa en no pensar en el dolor para aliviarlo. Hay varias maneras utilizando el poder de la mente, para erradicar al dolor del pensamiento y en consecuencia del cuerpo. Pero para ello la relajación es fundamental, ya que la ansiedad no es una buena aliada en estos casos.
Leer un buen libro
La lectura requiere de concentración, por lo cual al centrar toda la atención en un buen libro, la mente se focaliza en ello y el malestar se olvida. Lo que se busca con estas técnicas es lograr abstraer a la mente del dolor, distraer su atención hacia otro lugar. Con una lectura amena esto se puede conseguir, con una historia atrapante que logre hacer que el lector se sumerja en ella y viaje a otras realidades a través de las páginas.
Centrarse en pensamientos positivos
Focalizarse en el dolor y en el padecimiento no ayuda en nada, si bien puede resultar difícil pensar en claro y positivamente cuando un fuerte dolor invade, es necesario hacerlo. Rodearse de gente también positiva y realizar cosas que hagan bien, como por ejemplo progresivamente hacer alguna actividad física que pueda ayudar a relajarse y aliviar ese dolor. El sumar al dolor la negatividad, lo único que hace es potenciar el dolor y hacerlo parecer más grande de lo que verdaderamente es.
Amigarse con el dolor
Aunque suene raro y hasta un poco loco puede funcionar. El centrarse todo el tiempo en que el dolor se vaya, deje de estar, produce enojo, odio, angustia y ansiedad, que a lo único que favorecen es al dolor en sí. Por ello, amigarte con el dolor supone aceptarlo, agradecer a la parte del cuerpo afectada todo lo que hizo hasta ese momento sin dolor y pensar en qué hay detrás de ese dolor. Por ejemplo, el cuerpo se comunica y dice a través de malestares físicas qué es lo que le pasa. Cuando un dolor muy fuerte de espalda invade, puede estar queriendo decir que es mucho el peso con el que se carga y que hay que alivianar un poco para poder seguir adelante.
Apelar a los 5 sentidos
En relajación y control mental es muy común recurrir a las sensaciones y vivencias pasadas. Es decir para lograr un estado de tranquilidad y relajación se pide al paciente que piense en sensaciones placenteras del pasado como ser aromas, sabores, paisajes, sonidos, etc. A través de estas visualizaciones se logra conseguir alejar la mente del dolor y hay alivio.
Respiración y meditación
Son fundamentales para alejar al dolor. Estas técnicas ayudan a modificar el umbral del dolor y alejar además los pensamientos negativos que causan estrés, ansiedad e intensifican el dolor. Para ello, la relajación a través de una respiración controlada y a conciencia puede ser de gran ayuda. Recostarse en un lugar cómodo y silencioso, respirar por la nariz contando hasta 5, retener la respiración y exhalar por la boca contando hasta 10. Repetir unas cuantas veces.
Hipnosis
Esta práctica es empleado para sustituir la anestesia e inhibir el dolor en algunos tratamientos por ejemplo odontológicos. Se tarta de una visualización guiada por un psicólogo, con la cual se logra engañar al cerebro y se obtienen excelentes resultados.
Retar al dolor
Algunas personas que son muy competitivas y no creen o no se sienten motivadas por las opciones anteriores, puede ser que sí lo hagan por esta: Desafiar al dolor para ver quien gana. Con esta consigna se puede lograr la fuerza interior necesaria para vencer el dolor, para buscar estrategias que se dirijan hacia el alivio.