Por qué fallan los propósitos de Año Nuevo

Plantearse metas poco realistas, inalcanzables, muy vagas o impersonales, son algunas de las principales causas.

Por que fallan los propósitos de Año Nuevo

Cada año cuando se aproxima el fin del mismo, se suele realizar un balance y plantearse nuevas metas para el año siguiente. Dejar de fumar, comenzar a hacer ejercicio, bajar de peso, viajar más, etc., pueden ser algunos de los ejemplos más frecuentes. Sin embargo, rara vez estos se cumplen. De acuerdo a un estudio de la Universidad de Scranton, en Pensilvania, 9 de cada 10 personas que se establecen propósitos de año nuevo fracasan. ¿Por qué? ¿Cuáles son las causas por las que estos propósitos no se realizan?

1 Metas poco realistas

Es muy frecuente al plantearse metas comenzar por algunas demasiado grandes, poco realistas e inalcanzables. Esto lleva a que raras veces se cumplan, uno se desanime y no lo intente más. Mantenerse motivado con metas demasiado ambiciosas es difícil. Se comienza el año con gran empuje, pero conforme pasan los meses el ánimo decae. Lo recomendable es comenzar por delinear pequeños pasos para llegar a un gran propósito.

El empresario español Carlos Martínez, experto en prevención de riesgos laborales y fundador de IMF Business School, señala al respecto:

...la diferencia entre cumplirlo o no reside en la capacidad de proponerse retos a corto plazo y no objetivos con un margen de 12 meses, ya que el tener tiempo es la excusa perfecta para procrastinar. Es hora de hacer las cosas de manera distinta, cambiar de estrategia para dejar de hacer propósitos de año nuevo y centrarnos en fijar objetivos que seamos capaces de cumplir.

Por su parte, la psicóloga Astrid Triana, Directora Ejecutiva en Asociación Colombiana de Facultades de Psicología, explica que falsas motivaciones y las fechas inalcanzables son algunos de los obstáculos, que impiden llegar a las metas.

En el caso de estas épocas decembrinas, el resultado del asunto es que la personas se compromete con el afecto, ósea, estoy motivada porque creo que voy a cambiar, porque es un nuevo año, porque ahora sí voy a hacer las cosas, pero no hay un respaldo en el argumento racional, en las ideas que sostienen esta decisión, en los pilares que tienen que ver con las herramientas y demás y por ende no se logran las cosas.

2 Muchas metas juntas o demasiado vagas

Como dice el dicho: “el que mucho abarca, poco aprieta”. Muchas metas llevan a que uno se estrese, se agobie de antemano y termine por no cumplir ninguna de ellas. Lo ideal es plantearse una o dos posibles y trabajar por ellas. Una vez alcanzadas, trazar nuevas y así sucesivamente.

3 Plantearse metas impersonales

Otro factor frecuente por el que fracasan los propósitos de año nuevo, es que estos suelen ser los mismos que los de la mayoría se propone: perder peso, hacer deporte, dejar de fumar, ahorrar, etc. Pero lo cierto es que no necesariamente esos proyectos son los propios. Para que un propósito se cumpla y se trabaje para conseguirlo, debe ser algo que realmente se desee, personal y específico.

Sandra Cuba, docente y conferenciante de Guayaquil, señala:

Si los objetivos son generales o las motivaciones no son profundas, entonces estas no tendrán peso y se agotará con facilidad.

4 No compartir las metas

Una de las recomendaciones de los expertos para poder cumplir las metas propuestas, es compartirlas con el entorno social, de modo que exista apoyo y compañía. Y también la motivación que impulse a alcanzarlas, basada en el orgullo de no defraudar.

El psicólogo Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire, en Reino Unido, expresa sobre este punto:

Las mujeres suelen ser mejores para ofrecer apoyo moral.

5 No ver la oportunidad en el fracaso y no persistir

El no ver en el fracaso la oportunidad y no perseverar para lograr los objetivos, suele ser otra de las principales causas que conducen a no alcanzarlos. En estos casos es importante negociar con uno mismo y encontrar en ese fracaso el impulso para replantearse el propósito o una nueva estrategia para alcanzarlo.

El psicólogo Richard Wiseman, señala un ejemplo muy claro:

Si después de empezar una dieta tienen un día en que atacan la lata de galletas, muchos tienden a pensar 'ya está, fracasé' y se rinden. Pero la clave es combatir ese fatalismo con persistencia.