Coronavirus y calvicie

Un estudio indica que el nuevo Coronavirus podría afectar más a los hombres con calvicie.

Coronavirus y calvicie

Según un estudio reciente, los hombres con calvicie pueden tener un mayor riesgo de sufrir síntomas graves de coronavirus. De acuerdo a este estudio, el vínculo es tan estrecho que algunos investigadores sugieren que la alopecia debería considerarse un factor de riesgo. Este fenómeno ha sido bautizado como “Signo de Gabrin” por los galenos, luego de que el doctor Frank Gabrin, un médico estadounidense, falleciera a causa del COVID-19.

El profesor Carlos Wambier, uno de los participantes en el estudio que se llevó a cabo en la Universidad de Brown del Estado de Rhode Island en Estados Unidos, sostuvo al respecto:

“Realmente creemos que la calvicie es un predictor perfecto de la gravedad”.

En un inicio, cuando apenas había comenzado el brote en Wuhan, China, la ciencia había demostrado que los hombres tenían más posibilidades de morir después de contraer el coronavirus. Posteriormente, un informe de Public Health England afirmó que los hombres en edad laboral tenían el doble de probabilidades que las mujeres de morir después de ser diagnosticados con COVID-19. La causa permanecía oculta para los científicos que, por lo general, apuntaban a factores como el estilo de vida, el tabaquismo y las diferencias en el sistema inmunológico entre hombres y mujeres.

Por su parte, la médica infectóloga Isabel Cassetti señala:

“Se debe estudiar realmente si los andrógenos tienen que ver con el mayor riesgo de adquirir la enfermedad y con la mayor frecuencia de tener un cuadro más grave”.

Ahora, cada vez más, se cree que podría deberse a que los andrógenos, hormonas sexuales masculinas como la testosterona, pueden desempeñar un papel no solo en la pérdida de cabello, sino también en el aumento de la capacidad del coronavirus para atacar las células. Este descubrimiento aumenta la posibilidad de que los tratamientos que suprimen estas hormonas, como los que se usan para la calvicie y enfermedades como el cáncer de próstata, se puedan usar para reducir la velocidad del virus, dando a los pacientes tiempo para combatirlo.

El profesor Wambier sostiene:

“Creemos que los andrógenos u hormonas masculinas son definitivamente la puerta de entrada para que el virus ingrese a nuestras células”.

Otros estudios

En paralelo a este, hay otro estudio que arroja resultados similares, la investigación de la Universidad de California en Los Ángeles, Estados Unidos; además del ensayo en que se discute usar medicamentos para la calvicie en Estados Unidos, el doctor Matheww Rettig, oncólogo de la universidad en mención, presentó un estudio hecho a 200 hombres en Los Ángeles, Seattle y New York, que usan medicamentos para el cáncer de próstata. De estos estudios surgió que un alto número de hombres con calvicie debieron ser hospitalizados a causa del coronavirus.

Por otro lado, en un estudio de 122 pacientes, publicado en el Journal of the American Academy of Dermatology, que siguió a un trabajo anterior entre 41 pacientes en hospitales españoles, encontró que el 71% eran calvos. Si bien es cierto hay científicos que sostuvieron que se necesitaba continuar investigando para llegar a conclusiones más certeras, el descubrimiento parece prometedor para hallar un tratamiento para el virus.

Sin embargo, Cassetti insiste:

“Es importante ser cautos para afirmar que esta asociación sea efectivamente así y creo que necesitamos más evidencia científica que confirme estos datos”.

La enzima TMPRSS2

Los especialistas en cáncer de próstata están familiarizados con el papel que los andrógenos pueden desempeñar en la enfermedad porque en la próstata las hormonas estimulan una enzima que contribuye al crecimiento canceroso. En abril de este año, los investigadores publicaron un artículo en la revista Cell que mostró que la enzima TMPRSS2 también está involucrada en las infecciones por coronavirus. Para infectar una célula, los coronavirus, incluido el nuevo SARS-CoV-2, que ocasiona el COVID-19, usan lo que se llama una proteína “espiga” que se une a la membrana de la célula, un proceso que es activado por una enzima. En este caso, pareciera que la TMPRSS2 pudiera ser esa enzima.