La ansiedad en números
Cuando la ansiedad empieza a afectar negativamente la vida cotidiana, se transforma en un trastorno, una patología
Cuando la ansiedad empieza a afectar negativamente la vida cotidiana, se transforma en un trastorno, una patología
La ansiedad es un mecanismo emocional universal y normal, cuyo rol es esencial en la defensa, adaptación y anticipación de inminentes y potenciales peligros. Es una reacción que activa los mecanismos de alerta, de supervivencia ante la presencia de un estímulo negativo. El organismo manifiesta ansiedad y se moviliza en consecuencia, para resguardarse de posibles riegos o amenazas.
Dentro de estos parámetros, la ansiedad no implicaría ningún problema para la salud, ni se considera como una patología. Sin embargo, hay casos en los que el mecanismo está alterado y funciona distorsionadamente. Es decir, en lugar de movilizar al individuo para salvaguardarlo de un posible peligro, lo inmoviliza frente a la presencia de estímulos cotidianos e inofensivos. Aquí, se está frente a la presencia de los denominados trastornos de ansiedad.
Trastornos de ansiedad
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por la presencia de un nerviosismo excesivo en función de un estímulo negativo, o directamente ante la ausencia del mismo. El individuo se paraliza, se siente indefenso, se deterioran sus funciones psicosociales y fisiológicas, interfiriendo directamente, además, con el normal desarrollo de su vida cotidiana.
Existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad, algunos ejemplos de ellos son:
Trastornos de ansiedad generalizada
Este trastorno se caracteriza por una ansiedad, preocupación desmedida, permanente e injustificada que se extiende por un período superior a los seis meses. El sujeto se encuentra inquieto, cansado, impaciente, tenso, irritable, y esto repercute negativamente en su vida diaria.
Trastorno de pánico
Este trastorno se caracteriza por la presencia periódica de crisis de angustia muy intensas, en las que el sujeto experimenta una ansiedad desmedida porque siente que se va a morir. Es un sentimiento injustificado y que se desarrolla también ante el temor de sufrir un próximo ataque.
Trastorno fóbico
Este trastorno se caracteriza por un miedo irracional a determinado objeto, acción o situación y la consecuente evadida del objeto en cuestión (temor a volar, por ejemplo).
Trastorno obsesivo–compulsivo
Ocurre cuando aparecen ideas, pensamientos o actos periódicos y recurrentes (obsesivos) que motivan al sujeto a practicar determinadas conductas reiteradas, para aliviar la angustia que le producen esas ideas o pensamientos (lavarse muchas veces las manos, controlar que las puertas estén cerradas, por ejemplo). Si bien el sujeto intenta quitar importancia a estas obsesiones, no puede manejar la incomodidad y angustia que le producen.
Trastorno por estrés post–traumático
Este trastorno se caracteriza por la presencia constante de ciertos síntomas (persistencia de evocaciones desagradables), secuelas psicológicas que inmovilizan al sujeto, luego de haber sido víctima o testigo de una situación muy traumática (un accidente, una violación, por ejemplo).
Agorafobia
Se produce cuando el sujeto empieza a sentir una angustia incontrolable al encontrarse “preso” en un lugar o situación del cual le puede resultar difícil salir (en un sitio con mucha gente, en un transporte público, etc.).
Prevalencia de los trastornos de ansiedad
Según la Organización Mundial de la Salud, cerca de 450 millones de personas en el mundo, padecen algún tipo de trastorno psiquiátrico.
Los trastornos de ansiedad son la enfermedad psiquiátrica de mayor prevalencia, alcanzando cifras alarmantes en los países del Primer Mundo. De acuerdo a datos de la Universidad de Virginia, 40 millones (18.1%) de adultos (de entre 18 y 54 años) de Estados Unidos, presentan anualmente algún trastorno de ansiedad. En España, por ejemplo, este tipo de patologías afectan a un 20% de la población adulta.
La ansiedad generalizada afecta entre el 3 y el 5% de la población adulta, y la frecuencia en las mujeres es el doble que en los hombres. El trastorno fóbico afecta a un 7% de mujeres y un 4.3% de hombres. El trastorno de pánico se da en algo menos del 1% de la población y las mujeres son dos o tres veces más vulnerables. El trastorno obsesivo-compulsivo se presenta con una frecuencia de 2.3% en los adultos y de igual modo entre hombres y mujeres. El estrés post traumático se manifiesta en el 1% de la población en algún momento de la vida, pero la prevalencia es mayor en, por ejemplo, personas que han estado en guerras. Un 2.2 % de la población, presenta agorafobia (suele aparecer a comienzos de la edad adulta), la prevalencia de este tipo de trastornos, es, en general, dos veces superior en las mujeres.
Consecuencias de los trastornos de ansiedad
Las consecuencias que los trastornos de ansiedad ejercen en quienes los padecen pueden resultar demoledoras. En gran medida, dependerán del tiempo que dure la enfermedad sin ser tratada y de la gravedad de la misma. El deterioro gradual y creciente, se manifiesta en lo personal, familiar, laboral y social. El impacto en lo social (los trastornos de ansiedad no tratados a tiempo y de manera correcta pueden terminar en depresión) y en lo económico (se estima que el costo asociado a los trastornos de ansiedad en los Estados Unidos es de 46.6 billones de dólares al año) es muy significativo.