¿Para qué sirve el magnesio en el organismo?

Magnesio

El magnesio forma parte de nuestro organismo en unos 24 o 26 gramos repartidos entre los tejidos corporales, un 60% como parte de los huesos (asociado a calcio y fósforo) alrededor del 25% en los músculos, y el resto en tejidos blandos y en fluidos. Entre las fuentes de magnesio habituales podemos citar a la almendra, avellanas, dátiles, maíz, soja, cacahuetes, naranjas e higos, o yema de huevo cruda.

Entre las acciones de este mineral encontramos su papel sobre el sistema nervioso, donde favorece la activación parasimpática, y con ello un efecto anti estrés. Los sistemas simpático y parasimpático son dos caras de una misma moneda, dos vertientes de nuestro sistema nervioso que se complementan y contrarrestan. De tal manera que, cuando predomina el simpático, estamos alerta, y existe un mayor nerviosismo o estrés, mientras que el predominio parasimpático (como ocurre al hacer la digestión) se traduce en un descenso de la frecuencia cardíaca y un estado general de mayor reposo.

También, entre las propiedades del magnesio se debe citar que tomado en ayunas tiene un efecto laxante, útil en casos de estreñimiento, y al mismo tiempo, está implicado en procesos de activación enzimática, en el equilibrio ácido-base, en la activación de vitaminas (Vit.B) y en la síntesis proteica o grasa.

Pero su labor no acaba aquí, porque además de ser necesario para absorber calcio (el déficit de magnesio es una de las causas más frecuentes de hipocalcemia), también lo es para la actuación de la insulina, la coagulación, para la obtención de energía, o la actividad de músculos y de glándulas como la paratiroidea.

El sulfato de magnesio es la forma en la cual se emplea el magnesio para su administración intravenosa, indicado en medicina para el tratamiento de trastornos convulsivos, taquicardia y vértigo, en el embarazo (pre-eclampsia), cardiopatía isquémica y asma.

Además, un estudio de un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte defiende que su uso disminuye a la mitad las probabilidades de parálisis cerebral en recién nacidos prematuros.

La hipomagnesemia se define como la disminución de la concentración de magnesio en sangre. Ocurre en un 12% de los pacientes hospitalizados, y se asocia con frecuencia a otras alteraciones como el déficit de potasio, de calcio o la alcalosis metabólica.

Aproximadamente la tercera parte del magnesio de la dieta (150 mg) es absorbida en el intestino delgado, de ahí que una de las formas de hipomagnesemia sea la debida a pérdidas gastrointestinales. Esto puede ocasionar la hipomagnesemia cuando se asocia a un déficit de aporte en la dieta, o cuando hay alteraciones como la diarrea aguda o crónica, la malabsorción o la esteatorrea.

La otra causa destacable del descenso de los niveles de este mineral es la pérdida a nivel renal. La causa más frecuente en nuestro medio es el alcoholismo, que afecta al riñón provocando disfunción tubular, además de asociarse a reducción de la ingesta, vómitos, diarreas y malabsorción por pancreatitis crónica.

En muchos enfermos, el descenso del magnesio no provoca síntomas, pero en caso de aparecer, se centran en el sistema neuromuscular (astenia, hiperexcitabilidad, tetania).

La alteración clínica de mayor importancia potencial es la asociación de hipomagnesemia con arritmias ventriculares en pacientes que presentan enfermedad cardiaca.