Infarto y cáncer
La influencia de la dieta sobre el desarrollo del infarto agudo de miocardio (IAM) se debe principalmente al efecto que el contenido de grasa y colesterol de la misma ejerce sobre la cifra de colesterol del plasma sanguíneo. Se ha demostrado que las grasas saturadas y el colesterol de la dieta elevan la cifra de colesterol del plasma, mientras que las strong>grasas no saturadas lo reducen (colesterol HDL o colesterol “bueno”).
Basándose en estos hechos, se recomienda la reducción del contenido total de grasa de la dieta y del consumo de colesterol como medio de prevenir el desarrollo del proceso ateroesclerótico.
Tales recomendaciones pueden resumirse de la siguiente forma: la cantidad total de grasa de la dieta no debe ser mayor de un 30 a un 35% del valor calórico de la misma, repartida en partes aproximadamente iguales entre grasa saturada, poliinsaturada y monoinsaturada o sea en una relación de 1/1/1. Esto quiere decir que debe limitarse el contenido de colesterol de la dieta, lo que se consigue reduciendo el consumo de carnes rojas, aumentando el consumo de pescado o en su defecto si se presenta dificultad para adquirir productos marinos, preferir alimentos integrales y frutos secos, aumentar el consumo de frutas y verduras por el contenido de vitaminas y minerales por su efecto antioxidante.
El aumento de consumo de calorías totales especialmente de hidratos de carbono refinados (dulces, bebidas azucaradas, etc) y por sobretodo de grasas de tipo saturadas (comida chatarra principalmente) y una vida sedentaria pueden dar como resultado el desarrollo de obesidad que produce un estado denominado “Estres oxidativo” (base para enfermedad coronaria y cáncer); una condición no controlada de origen endógeno y/o exógeno; y que se produce como consecuencia de un desbalance entre los mecanismos antioxidantes de la célula, dando como resultado un aumento en la producción de radicales libres que son moléculas con uno o más electrones desapareados en sus capas electrónicas externas; son partículas altamente reactivas y muy inestables que tienden a estabilizarse aceptando o donando electrones a otras partículas. Es por esto que si dos radicales reaccionan, se neutralizan uno con otro. Si un RL reacciona con una molécula estable, hay generación de otros RL. Esta característica hace que los radicales libres puedan participar en reacciones en cadena actuando sobre las membranas celulares (externas e internas), causando daño por reacciones oxidativas, a las moléculas y a las células, que pueden provocar daño al ADN de la célula dando como resultado oncogénesis - mutación para finalizar producción de cáncer. También pueden llegar a la muerte celular.
De esta manera los RL se reconocen como sustancias oxidantes.
Antioxidantes:
- Son sustancias que protegen del daño potencial de los RL
- El organismo (las células) tiene un sistema propio de protección, esto es de antioxidantes
- En el estado normal, existe un balance entre la producción de RL y la actividad de los antioxidantes
- Existen antioxidantes aportados por la dieta (esenciales): Vitamina E, Vitamina C, Vitamina A, Minerales ( Cu, Zn, Mn, Se, Fe)
- Existen otros antioxidantes aportados por la dieta no – esenciales: Glutatión y Péptidos
Evidentemente, el cambio de la dieta no es la única modificación en la prevención de enfermedad coronaria y cáncer; practicar actividad física es uno de los pilares más importantes en la prevención y tratamiento de estas patologías ya que ayuda y favorece la metabolización de tejido graso consiguiendo una mejoría en el perfil lipídico y a la disminución de peso; entre otros beneficios. La reducción o abandono del hábito tabáquico es una recomendación establecida para toda la población ya que también es partícipe en la generación de estas enfermedades.