Un estigma deprimente: La depresión en América Latina y el Caribe
Tomado como uno de los tantos problemas de discapacidad en el mundo, la depresión afecta al 5% de la población de América Latina y el Caribe.
Tomado como uno de los tantos problemas de discapacidad en el mundo, la depresión afecta al 5% de la población de América Latina y el Caribe.
El pasado 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental. En éste marco la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han proclamado como lema para este año "La depresión, una crisis mundial".
El mencionado trastorno afecta alrededor del mundo a más de 350 millones de personas, constatándose que un 5% de los adultos en América Latina y el Caribe lo padecen. Esto genera un promedio anual de 63.000 suicidios, y totaliza 1 millón de muertes a nivel global.
Jorge Rodríguez, Asesor Principal en Salud Mental de la OPS/OMS, sentenció: "En términos humanos significa sufrimiento y en términos económicos implica importantes costos para las familias y para los Estados".
El presupuesto que se invierte, actualmente en la región, en esta área es ínfimo comparado con la necesidad real, generando por tanto un déficit en la calidad de los tratamientos brindados. Esto ha llevado a varias organizaciones involucradas con la Promoción y Prevención de la Salud Mental a exigir una mayor responsabilidad de los gobiernos para generar y desarrollar estructuras donde se involucren equipos multidisciplinarios para la atención de pacientes depresivos; como son: psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeros capacitados, como también camas de internación suficientes.
En este sentido la OMS ha generado un "Programa de Acción", el cual apunta a brindar herramientas a los diferentes gestores de salud a la hora de planificar estrategias en pro de la mejora en la atención de los trastornos neurológicos, mentales y relacionados con el abuso de sustancias, en contextos de recursos limitados.
En América Latina y el Caribe tan solo el 76,5% de los países poseen planes nacionales de Salud Mental. Lo que conlleva a que más de un 62% de personas con necesidad de atención por depresión la reciba. En contrapartida varios profesionales del área han descubierto que ésta enfermedad tiene un elevado nivel de resultado positivos si la misma se detecta y trata a tiempo, de forma adecuada.
En todo el accionar previsto para este año, la OPS patrocinará una Conferencia de Salud Mental en Panamá a desarrollarse del 16 al 18 de octubre.
Aquí se tratarán varios temas, teniendo como eje fundamental el estudio de la situación actual de los sistemas de salud mental en los países de América Latina y el Caribe. Contará con la participación de profesionales, académicos, así como también con usuarios y familiares de pacientes psiquiátricos.
Tristeza, angustia o depresión...
Tres conceptos que suelen confundirse habitualmente, no obstante las diferencias son bastantes.
La tristeza y la angustia son dos estados prácticamente inseparables al ser humano. Esto sucede ya que, en cuanto a la primera, se presenta frente a la pérdida de un ser querido, al no logro de un objetivo o simplemente por perder un turno con la peluquera. Situaciones cotidianas y reiteradas en la vida de todas las personas, las cuales no generan un riesgo real.
En cuanto a la angustia se puede decir que son etapas y momentos soportables. Se trata de un alerta que se genera en el sujeto que puede representar un riesgo anímico pero no verdadero, uno de los ejemplos más claros son las fobias, las mismas generan angustia por ser ilógicas y difícilmente explicables. En algún punto se infiere que este sentimiento sirve para generar un alerta y buscar solucionar situaciones de difícil comprensión.
Por otra parte a la depresión se la divide en leve, moderada y severa. Puede ser motivada o causada por varios factores, diferentes o combinados, como ser biológicos, psicológicos y/o sociales.
En episodios depresivos se ven afectados no solo lo emocional sino los pensamientos y hasta el cuerpo de las personas que lo sufren. Generando graves desajustes en la cotidianidad de todo el entorno familiar, laboral y social de dichos pacientes.
Quien padezca depresión puede cambiar abruptamente sus comportamientos, sus sentimientos y hasta sus intereses habituales; lo cual puede llevar a cualquier individuo a atentar contra su propia vida.
La depresión no se puede ignorar ni caer en el error de suponer que pasará; ya que el no atender la situación implica un agravamiento creciente del problema. El tratamiento adecuado es fundamental para lograr una estabilidad duradera y volver a una vida estable.
Existen casos donde los episodios no se vuelven a repetir luego de su correcta atención, no obstante no representan el común de los casos.
Se dice que la depresión es una patología mayormente asociada a las mujeres que a los hombres. En países con menor desarrollo se ha comprobado que entre dos y caruto madres de diez sufren depresión durante el período de gestación y posparto.
Actualmente la grieta entre los trastornos mentales y sus tratamientos adecuados continua siendo angustiante en los países de América Latina y el Caribe. No obstante la conciencia ha se ido incrementando entre todos los actores gestores de salud, lo cual abre una luz de esperanza para el futuro.