Tratar a madres con depresión ayuda también a sus hijos
Los hijos de madres depresivas están en mayor riesgo de padecer la enfermedad, pero cuando se realiza el tratamiento, éste funciona para ambos.
Los hijos de madres depresivas están en mayor riesgo de padecer la enfermedad, pero cuando se realiza el tratamiento, éste funciona para ambos.
Los hijos de madres que padecen depresión y viven con ellas, están expuestos a un mayor riesgo de esta enfermedad. Pero según demuestra un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) publicado en la edición de marzo de American Journal of Psychiatry., el tratamiento exitoso en ellas mejora considerablemente el pronóstico de éstos.
Cómo se realizó el estudio
Este estudio hizo un seguimiento de 80 madres con depresión y de sus hijos durante un lapso de 2 años, con el propósito de evaluar el impacto de los distintos tratamientos alternativos cuando los tratamientos iniciales fallan, y encontró que los síntomas de la depresión, angustia, problemas de conducta en los niños, tienden a desaparecer en la medida en que el tratamiento para la enfermedad de su madre funciona.
El tratamiento de la depresión es ensayo y error, por lo cual ante la primera falla hay muchos pacientes que abandonan el tratamiento porque creen que su enfermedad no tiene solución y no pueden ser ayudados. Sin embargo, según la profesora de epidemiología y psiquiatría de la Universidad de Columbia, Myrna M. Weissman, este estudio demuestra que es posible salir adelante de una depresión, inclusive luego de varios intentos de tratamiento fallidos, además de que el tratamiento exitoso en la madre repercute favorablemente en el niño y eso es de suma importancia. Si bien esta investigación fue realizada exclusivamente con mujeres y no incluyó a hombres, la psiquiatra Weissman considera que los resultados pueden extrapolarse también a padres depresivos.
Los síntomas psiquiátricos, problemas de conducta y funcionales, de los niños fueron evaluados al comienzo del estudio. Cerca de 1/3 de los participantes presentaba algún trastorno psiquiátrico y la mitad, antecedentes de alguna enfermedad de este tipo, al momento de que sus madres comenzaran el tratamiento. Todas las cuales presentaban depresión mayor y fueron tratadas en principio con el antidepresivo Celexa, luego con otras drogas, terapia conductual o combinación de terapia y fármacos si los síntomas no mejoraban.
Los resultados en los hijos según los resultados en sus madres
En los casos en que las madres respondieron al tratamiento en los primeros tres meses, los hijos demostraron mayores probabilidades de experimentar mejoras en el funcionamiento psicosocial general tanto en el hogar como en la escuela, al menos un año después de la mejoría de estas.
También se observaron mejoras a largo plazo en los niños cuyas madres demoraron hasta un año para responder favorablemente al tratamiento.
Aquellos cuyas madres no manifestaron mejora durante los dos años de duración del estudio, no mostraron recuperación en los síntomas y sí un incremento de conductas.
Independientemente del tiempo que lleve la mejoría de los síntomas de las madres, parece existir una relación directa entre estos y la disminución de problemas de conducta y alivio de los síntomas en los hijos durante el año posterior a la finalización del tratamiento.
Siempre hay un tratamiento que funciona
R. Scott Benson, médico psiquiatra de niños y adolescentes señala que estos resultados demuestran la importancia de seguir un tratamiento para la depresión y buscar alternativas si el primero no funciona.
Y dice que los padres depresivos tienen que buscar un tratamiento que funcione por su bien y por el de sus hijos. Si un tratamiento no está funcionando en unas seis semanas, es necesario probar otra medicación o una combinación de drogas, terapia conductual o ambas cosas. En general hay tratamientos para la depresión que funcionan y no es necesario que los enfermos y sus familias sufran por años a causa de esta enfermedad.