3 buenas razones para vivir cerca a un árbol
Reciente investigación de The Nature Conservancy, nos revela los beneficios para la salud de vivir cerca a los árboles.
Reciente investigación de The Nature Conservancy, nos revela los beneficios para la salud de vivir cerca a los árboles.
No es secreto que la cercanía a los árboles se traduce en un impacto positivo en el medio ambiente; pero realmente sabemos cuáles son los beneficios para nuestra salud. Reciente investigación de “The Nature Conservancy” (Organización internacional dedicada a la conservación de la biodiversidad), nos revela los beneficios para la salud de vivir cerca a los árboles.
1Reducen la materia particulada en el aire
Materia que produce una de las peores tipos de contaminación de aire; según la Organización Mundial de la Salud, este problema afecta cerca del 90% de la población mundial . Un árbol reduce entre un 7% y un 24% de materia particulada; dicha investigación se realizó en árboles de 245 ciudades alrededor del mundo.
2Reducen la temperatura hasta en 2 grados centígrados
La temperatura es cosa seria, las olas de calor son culpables de más de 12 mil muertes por año, sin contar la dificultad que esto significa para millones de personas alrededor del mundo; la Organización Mundial de la Salud estima que para el año 2050, la muertes se elevarán a la alarmante cifra de 260 mil personas.
"Muchos estudios científicos han demostrado que la sombra de los árboles, además de la transpiración durante la fotosíntesis, contribuyen a reducir la temperatura del aire y consecuentemente el consumo de electricidad para aire acondicionado” The Nature Conservancy.
3Aumentan el bienestar psicológico
Tampoco es nuevo que la cercanía a la naturaleza ayuda psicológicamente a muchas personas, inclusive es usado como parte de muchas terapias; un estudio realizado por Roger Ulrich en la década de los 80, descubrió que los pacientes en un hospital en Pensilvania que estaban a las ventanas de sus habitaciones cerca a los árboles se recuperaron más rápidamente, de los que no los tenían. Otro estudio por Gregory Bratman, en la Universidad de Stanford, midió el impacto positivo de los pacientes que caminaban 90 minutos al día entre la naturaleza y los árboles.