Drogas contra el dolor causan adicción
El aumento de personas adictas al consumo de analgésicos como la hidrocodona se ha cuadruplicado en los últmos diez años y enciende las alarmas.
El aumento de personas adictas al consumo de analgésicos como la hidrocodona se ha cuadruplicado en los últmos diez años y enciende las alarmas.
El uso de drogas que calman el dolor se ha incrementado de forma alarmante en el mundo, aunque en un mayor porcentaje dentro de los Estados Unidos. El abuso de medicamentos como la “hidrocodona” han prendido las alarmas en las autoridades del país del norte, quienes ya piensan uno de los factores principales de la adicción a este tipo de medicación está en el fácil acceso que presenta.
Esta es una droga analgésica derivada de la “metilmorfina”, la que se usa como narcótico analgésico que se toma por vía oral y que se haya en el mercado regularmente en pastillas o jarabe. Las recetas de este medicamente se han cuadruplicado en los últimos 10 años y se descubrió el 53% de los que la consumen experimentan algún tipo de adicción a ella.
En el año 2000 los casos de sobredosis que se hayo en emergencias era de 19.221, mientras que en el 2009 llegó a 86.258 contando entre ellos a famosos como Heath Ledger, Corey Haim, entre otros. La sustancia activa identificada en estos casos de “abuso del medicamento” se conoce bajo el nombre de “vicodin”.
El modo de funcionar de esta droga es sencillo, ya que tras su consumo genera sus efectos en el cerebro y el sistema nervioso central, donde aminora la reacción de los mismos frente al dolor. No obstante lo anterior, el consumo de hidrocodona también provoca euforia en quienes lo consumen, sensación que es precisamente a la que se vuelven adictos los que comienzan tomándola como analgésico.
Actualmente en el Congreso de Estados Unidos, cerca de 58 congresistas han solicitado con urgencia a la FDA que imponga un control estricto sobre la entrega de esta sustancia tan peligrosa a las personas, pues su fácil acceso ha comenzado a mostrar los efectos que tiene en la población.
Un estudio hecho por el American Journal demostró que la facilidad del acceso no está en que cualquier persona compra este fármaco en la farmacia, sino más bien en los muchos doctores inescrupulosos que prescriben su consumo de forma ilimitada en muchos casos o renuevan recetas médicas expedidas con anterioridad con un simple fax y hasta por teléfono.
La idea en Estados Unidos es ubicar a este analgésico en la categoría II, donde precisamente están todos los que pueden llegar a causar adicción severa, ya sea física o sicológicamente, pues por el momento ésta se encuentra en la categoría III (drogas que pueden causar adicción leve o moderada).