Enfermedad renal crónica
No tiene cura y cuando se agrava puede ser necesaria la diálisis y/o el transplante de riñón.
No tiene cura y cuando se agrava puede ser necesaria la diálisis y/o el transplante de riñón.
Es la pérdida progresiva y lenta de la función renal que, generalmente, no manifiesta síntomas en las etapas iniciales y los mismos pueden aparecer recién cuando el funcionamiento del riñón ya es mínimo.
La enfermedad renal crónica hace que se acumule líquido y desechos en el organismo, lo que afecta a la mayoría de las funciones corporales: La producción de glóbulos rojos, la presión arterial, la salud ósea, etc.
Afecta a 2 de cada 1.000 estadounidenses y la hipertensión arterial y la diabetes son las principales causas.
Factores de riesgo
Hay varias afecciones y enfermedades que pueden producir daño en los riñones:
- Anomalías congénitas en los riñones (poliquistosis renal por ejemplo)
- Glomerulonefritis
- Infección renal o cálculos renales
- Ciertos analgésicos o fármacos como por ejemplo algunos para el cáncer
- Algunos trastornos autoinmunitarios (por ejemplo esclerodermia o lupus eritematoso sistémico)
- Determinados químicos tóxicos
- Traumatismo o lesión
- Nefropatía por reflujo
- Problemas con las arterias que están en los riñones o llevan a ellos
- Otras enfermedades en el riñón
Síntomas
Los primeros síntomas son de otras enfermedades y pueden ser el único indicio de enfermedad renal crónica hasta que la enfermedad ya está muy avanzada.
- Sensación de malestar generalizado y fatiga
- Prurito generalizado y resequedad de la piel
- Pérdida involuntaria de peso
- Dolor en los huesos
- Mal aliento
- Sed
- Desinterés sexual o impotencia
- Problemas de sueño: Apnea obstructiva del sueño, insomnio, síndrome de las piernas inquietas
- Náuseas y vómitos (sobre todo en la mañana)
- Inapetencia
- Dolor de cabeza
- Palidez o color oscuro en la piel
- Síntomas del sistema nervioso y del cerebro:
- Problemas de concentración y confusión
- Entumecimiento en manos, pies y otras zonas del cuerpo
- Somnolencia y confusión
- Calambres
- Predisposición a los hematomas, sangrado o presencia de sangre en las heces
- Hipo
- Amenorrea en las mujeres
- Edema de pies y manos
Tratamiento
- Controlar la presión arterial ayuda a retrasar un mayor daño renal; mantenerla por debajo de 130/80 mmHg, es el objetivo. Para ello se utilizan frecuentemente, bloqueadores de los receptores de angiotensina (BRA) e inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA)
- Proteger los riñones y prevenir accidente cerebrovascular y cardiopatía:
- Llevar una dieta baja en grasas
- Tomar medicación para reducir los niveles de colesterol de ser necesario
- Practicar ejercicio de manera regular
- Mantener controlados los niveles de azúcar en sangre
- Cambios en la dieta:
- Limitar el consumo de líquidos
- Restringir la cantidad de fósforo, sal, potasio y otros electrólitos
- Llevar una dieta baja en proteínas
- Consumir suficientes calorías su se está perdiendo mucho peso
- Tratamiento para la anemia: Administración de hierro extra a través de comprimidos, en la dieta, inyectables o transfusiones
- Fármacos especiales (enlaces de fosfato), para contribuir a evitar que los niveles de fósforo se eleven
- Calcio y vitamina D
- Para los problemas del sueño hay distintos tratamientos
- El momento de inicio de la diálisis depende de varios factores: La gravedad de los síntomas, los resultados de los exámenes de laboratorio, etc.
- El paciente debe comenzar la preparación para la diálisis antes de que exista la necesidad de iniciarla
- La diálisis puede ser necesaria incluso para los pacientes que esperan un transplante de riñón, mientras aparece el órgano compatible
- Sangrado del estómago y los intestinos
- Modificaciones en el azúcar en sangre
- Demencia
- Complicaciones cardiovasculares:
- Arteriopatía coronaria
- Pericarditis
- Insuficiencia cardíaca congestiva
- Hipertensión arterial
- Accidente cerebrovascular
- Altos niveles de potasio
- Incremento del riesgo de infecciones
- Desnutrición
- Convulsiones
- Debilitamiento óseo e incremento del riesgo de fracturas
- Anemia
- Dolor óseo, muscular o articular
- Neuropatía periférica
- Derrame pleural
- Elevados niveles de fósforo
- Hiperparatiroidismo
- Daño o insuficiencia hepática
- Esterilidad o aborto espontáneo
- Edemas
Otros tratamientos pueden ser:
Cuando la enfermedad renal se agrava y la pérdida de la función renal es mayor, el paciente debe ser sometido a diálisis o a un transplante de riñón.
Pronóstico
En muchos casos el diagnóstico de la enfermedad no se realiza sino hasta que está muy avanzada y se ha perdido gran parte de la función renal.
Al ser una enfermedad crónica, no existe cura, pero con tratamiento de por vida, se pueden mantener controlados los síntomas.