Rehabilitación de la artrosis

La artrosis es una enfermedad crónica, es decir que no tiene cura, no existe tratamiento para su sanación. Ahora bien, si existen una gran cantidad de alternativas terapéuticas para mejorar la calidad de vida del paciente con artrosis. Entre ellas están los fármacos, la fisioterapia, la rehabilitación y en como último recurso la cirugía.

En la rehabilitación de la artrosis es importantísima la práctica de ejercicio físico para mantener en movimiento las articulaciones y tonificar la musculatura impidiendo que ésta se atrofie lo que hace que la artrosis avance con mayor rapidez.

Cada paciente con artrosis debe realizar el ejercicio físico que más se adapte a su situación (edad, entrenamiento, articulación afectada, etc.) siempre asesorado por su médico. Lo ideal es que se incorpore a la actividad de forma paulatina y tener constancia y permanencia, a modo de una rutina cotidiana.

La natación es un tipo de actividad física muy recomendable para la artrosis al igual que las caminatas y la bicicleta fija. Pero hay ejercicios de rehabilitación muy sencillos que están diseñados especialmente para cada tipo de artrosis y que indicados con el asesoramiento de un fisioterapeuta dan excelentes resultados.

Ejercicios para la rehabilitación de la artrosis

• Ejercicios para la artrosis de rodilla

1. Sentarse en una silla y con una pierna estirada apoyada a la altura del pie sobre otro banco, hacer presión hacia abajo con la rodilla. Alternar una vez con cada pierna
2. Realizar bicicleta fija sin peso y sin flexionar demasiado las rodillas
3. Sentarse en un sitio donde los pies no toquen el suelo y extender la pierna, siempre manteniendo apoyado el muslo, aguantar 5 segundos y aflojar. Alternar una vez con cada pierna
4. Acostarse boca arriba y pasar por debajo de una de las piernas a la altura del muslo una cuerda e intentar levantar con esta la pierna, flexionando la rodilla y llevándola hacia el pecho, aguantar así por 10 segundos, repetir tres veces con cada pierna

1. Acostarse boca arriba y llevar una pierna flexionada hacia el pecho. Realizar una vez con cada pierna. Así se incrementa la movilidad de la articulación de la cadera
2. Acostarse boca arriba y separa alternadamente las piernas
3. Acostarse boca arriba cerca del borde de la cama y dejar caer suavemente una pierna para que estimular la extensión de la cadera. Alternar ambas piernas

1. Colocar la mano sobre alguna superficie que genere resistencia, que no sea lisa (una goma por ejemplo) y llevar la mano hacia ti de modo que la fricción obligue a que los dedos se extiendan. Aguantar durante 10 segundos y repetir 3 veces con cada mano
2. Colocar la palma de una mano sobre una mesa e intentar abrir los dedos sin levantarlos de la misma, haciendo presión para evitarlo con los dedos de la otra mano
3. Tomar una pelota de goma dentro de la mano y apretarla fuerte durante 5 segundos y aflojar. Repetir unas 5 o10 veces con cada mano
4. Formar círculos entre el pulgar y cada uno de los dedos. Repetir unas 5 o 10 veces con cada mano