5 cosas de la vida cotidiana por las que no vale la pena estresarse
El tránsito, el dinero, invitados a cenar…
El tránsito, el dinero, invitados a cenar…
Cotidianamente nos enfrentamos a un sin número de situaciones que pueden estresarnos como la burocracia al realizar un trámite, problemas familiares, el trabajo, correr de un lado para otro para cumplir con todas las obligaciones, etc. Cuando no se sabe manejar el estrés, este puede favorecer los problemas de salud física y mental serios. Por ello, es importante priorizar y no estresarse por cosas de la vida cotidiana que no pueden modificarse.
El tránsito
El tránsito es una de las cosas que mayor estrés causa en los automovilistas y también en los peatones. Siempre se va contra reloj, con el tiempo justo y cualquier atasco o contratiempo hace que las personas se fastidien, se irriten y se pongan de mal humor. Con lo cual se genera una ola de violencia que se traduce en bocinas que no paran, gritos, insultos, etc. Por ello, como en un atasco no hay manera de salir hasta que se despeje, lo mejor es tomárselo con calma, reír, escuchar un poco de música, relajarse, tomárselo con calma esperar.
El dinero
El estrés asociado al dinero es muy común. Sin embargo, es importante tener claras las cosas y saber dar a las cosas su justa medida. El dinero no lo es todo, si bien ayuda y soluciona muchísimas cosas, cuando la salud está en juego el dinero no sirve de nada y las preocupaciones, la angustia y el estrés causado por la obsesión por el dinero, puede llevar a serios problemas de salud.
Un examen
Los nervios previos a un examen o a una presentación son inevitables, parece que por más que uno esté preparado no lo está lo suficiente u olvidará todo al momento de estar rindiendo. Si bien el nerviosismo es normal e inevitable, planificar y organizarse para llegar a la fecha con todo estudiado y poder tomarse con calma un día o una tarde previa para el relax (salir a caminar, escuchar música, etc.), es una buena medida para evitar el estrés y rendir mucho mejor.
Hablar en público
Hablar en público para las personas tímidas e introvertidas puede ser todo un desafío, desde frente a una clase, en una presentación de trabajo o tan solo decir algunas palabras en una fiesta o casamiento. Planificar muy bien lo que se va a decir es una buena forma de estar un poco más tranquilo y no tan estresado. Aunque no es necesario tener todo por escrito, sí los lineamientos y conceptos principales. Esto facilitará las cosas y hará que se transmita confianza al hablar, en vez de dudas, inseguridad y nervios.
Invitados a cenar
Si bien es importante ser un buen anfitrión y al invitar gente a cenar tener todo perfecto, tampoco obsesionarse y esterarse con el acontecimiento al punto de no disfrutarle. Hay que tener en cuenta que los invitados no vienen tanto por la comida sino más bien por pasar un momento ameno, para conversar y compartir una buena velada. Es preferible que el anfitrión este contento, distendido y de buen humor, a que esté todo perfecto pero él esté irritable, nervioso y preocupado; lo más importante es ser hospitalario.
Es cierto que constituye un trabajo diario y constante. Peor cuando se piensa fríamente no quedan dudas. Para que estresarse por cosas que no se pueden cambiar. Si el tráfico esta atascado no hay más remedio que esperar a que se arregle. Si no se tiene dinero suficiente, amargándose tampoco se va a conseguir. A los problemas que ya se tienen se agregan más: El estrés, la preocupación, el mal humor, todo lo que puede conducir a serios problemas de salud.