Mal de Parkinson, uno de sus orígenes son los tóxicos
Investigaciones recientes descubren que el mal del Parkinson aparece en personas que han tenido contacto con tóxicos como el percloroetileno.
Investigaciones recientes descubren que el mal del Parkinson aparece en personas que han tenido contacto con tóxicos como el percloroetileno.
Estudios recientes demuestran que el conocido mal de Parkinson tiene como origen, entre las muchas causales, la exposición a sustancias tóxicas como por ejemplo disolventes industriales como el “tricloroetileno”.
Actualmente en Estados Unidos hay cerca de quinientas mil personas afectadas por este trastorno neurodegenerativo, aunque con cada año que transcurre el problema aumenta en cincuenta mil nuevos casos, entre los cuales no destaca la relación entre el afectado y materiales tóxicos, aunque sí se sabe los factores genéticos y ambientales que lo provocan se potencian con materiales tóxicos como el comentado anteriormente.
Dentro de las investigaciones realizadas por el Instituto de Parkinson en California, se encontró una relación muy peligrosa entre los tóxicos “percloroetileno” y “tetracloruro de carbono” con el Parkinson, pues de la entrevista de 99 pares de gemelos adultos hubo un aumento de hasta seis veces el riesgo de sufrir esta enfermedad cuando había una exposición a estos químicos.
Es interesante el observar existe una ventana de 40 años entre la exposición a este material tóxico y los primeros indicios de la enfermedad, por lo que el campo de aplicación de nuevas soluciones para esta enfermedad pasa por ralentizar el proceso en que aparece la enfermedad.
Para quienes no lo sepan, existen sitios en Estados Unidos donde el agua potable llega a tener hasta un 30% de TCE (tricloroetileno), lo cual desde ahora dejará de ser una estadística y comenzará a preocupar a las autoridades que se encargan del contenido del agua que se proporciona a las familias.
El Dr. Samuel Goldman ha dicho que descubrimientos como estos son los que marcan la diferencia en la vida de las personas, pues se permite tener más cuidado con contaminantes ambientales que, ya sabemos, potencian la aparición del Parkinson. Estos tres productos de uso industrial tienen contacto frecuente con las personas a través de las pinturas, pegamentos, limpiadores y soluciones para lavasecos.