La orina en las piscinas es dañina para la salud
Orinar dentro de una piscina es perjudicial para la salud, según estudios, puede causar irritación en la piel y problemas en el aparato respiratorio.
Orinar dentro de una piscina es perjudicial para la salud, según estudios, puede causar irritación en la piel y problemas en el aparato respiratorio.
Para muchos, orinar en una piscina es sinónimo de ahorrarse un viaje al baño, pero la realidad es que termina siendo un hábito dañino para la salud. Así lo ha confirmado un estudio revelado por la Universidad de Alberta (Canadá), el cual asegura que puede causar problemas en el aparato respiratorio.
Cuando los compuestos químicos que se encuentran en la orina, como el ácido úrico (carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno), tienen contacto con el cloro en las piscinas ocasionan reacciones que van desde la irritación de los ojos y la piel, hasta problemas al respirar.
El equipo de la universidad canadiense encontró la forma de contabilizar la cantidad de orina que puede contener una piscina pública promedio, esto gracias al acesulfamo de potasio, un compuesto que es utilizado habitualmente como edulcorante artificial en alimentos procesados. Los científicos aplicaron la sustancia en 250 muestras de agua pertenecientes a 31 piscinas de dos ciudades del país norteamericano; estableciendo así que la mayoría de las albercas tenía una cantidad suficiente de orina como para causar daños en la salud de quiénes se vieran expuestos en ese contexto. La incidencia en los daños de las vías respiratorias tiene que ver directamente con la concentración de los químicos y también con la temperatura en la que esté comprometida el agua. En concreto, también los riesgos pueden disminuir con respecto a la frecuencia con la cual es cambiada el agua o la cantidad de personas que se encuentren en la pileta.
Más cloro es igual a más daños
Según las observaciones de los especialistas de la Universidad de Alberta, incrementar los niveles de cloro en las piscinas no solo sería incómodo para los visitantes, sino que incrementaría las probabilidades del daño a la salud. Pues esto haría que los químicos se concentraran de una manera más fuerte y riesgosa.
Por otro lado, científicos de la Universidad de Purdue en Estados Unidos y la Universidad Agricultural de China, aseguraron en una publicación en el diario Environmental Science & Technology, que si el hábito de orinarse en las piletas se acaba, permitiría que la calidad del agua y el aire en el lugar fuese más saludable y se evitarían complicaciones respiratorias en quienes se vean expuestos a ello.
La pionera de la investigación, Lindsay Blackstock, hizo saber que el estudio fue realizado con base en la necesidad de promover la educación en los hábitos adecuados de higiene en los nadadores. Y es que aunque la orina puede ser un líquido estéril habitualmente, existen compuestos como el amoníaco (gas incoloro de olor desagradable, compuesto de hidrógeno y nitrógeno), urea (sustancia orgánica tóxica) y creatinina (producto de desecho del metabolismo) que en conjunto con el cloro puede incidir a largo plazo en enfermedades más importantes como el asma. Entendiendo que el peligro es mayor cuando una persona que padece de asma se ve expuesta a tal reacción de las sustancias.