Vivir la sexualidad en la Tercera Edad
Desde siempre, la edad se ha usado como un criterio más de organización social, dentro del cual los diferentes estadios de las personas presuponen ciertas expectativas, roles y normas conocidas y acatadas en mayor o menor medida.
Es por ello que para el común de las personas mayores no se espera que vayan por la calle dándose besos y caricias como los jóvenes en la etapa del noviazgo. No cabe duda que la sociedad ejerce bastante influencia en la conducta sexual de las personas, llegando a condicionar ideas, sobre todo en temas sexuales.
Afortunadamente la sexualidad en general y en la tercera edad en particular, está dejando de ser un tema tabú. Ha sido un proceso lento pero de pronto se comienzan a hablar estos temas con total naturalidad sin prejuicios. Hoy, muchos creen todavía que los mayores de 60 años no pueden sentir placer o deseo sexual, incluso para estas personas les es muy incomodo hablar o aceptar su apetito sexual.
Un buen primer paso es reconocer que la sexualidad no se reduce simplemente de un orgasmo, su base está en disfrutar del placer erótico que se encuentra al estar en contacto con el otro: Amarse, hablar, enamorarse, expresar los sentimientos, abrazarse, acariciarse… elementos/costumbres que no se deterioran con el paso del tiempo.
En últimas, se está hablando de factores que hacen parte de la persona; la afectividad y la sexualidad son necesarias en cualquier edad, al igual que las necesidades económicas. Pese a que abunden muchos mitos con referencia a la sexualidad en la tercera edad: Desde la impotencia hasta quien afirma que es indecente.
Debemos dejar claro que el paso del tiempo no influye demasiado en la pérdida del apetito sexual, solamente las enfermedades que se han padecido a lo largo de la vida pueden llegar a determinar la incapacidad sexual durante la vejez. Es por ello que podemos encontrar parejas dentro de la séptima o la octava década de vida que gozan de una muy buena vida sexual.
Hábitos saludables en pareja
Con el paso de los años se ha logrado establecer la importancia de una vida saludable para gozar de la vejez, esto también se aplica para disfrutar de la sexualidad en la tercera edad. Es cierto que el paso de tiempo en la vida conlleva cambios inevitables, es por ello que hay que asumirlos con naturalidad.
Para que esto pase, al llegar la tercera edad es importante adoptar ciertas “costumbres” en pareja, como el interés por la actividad sexual del otro y su disfrute, mantener –como es obvio- un buen estado de salud, emocional y afectivo, olvidar los falsos estereotipos sociales e informarse con los médicos y especialistas sobre la etapa por la que se está pasando.
Naturalidad y adaptación
Disfrutar con naturalidad del sexo viviéndolo con responsabilidad. Naturalidad que debe llevar a admitir las necesidades y problemas que se experimentan, naturalidad que debe llevar a pensar en la pareja y naturalidad que debe impulsar a acudir al especialista cuando sea necesario.
Así es posible concluir que la adaptación se convierte en el gran reto para disfrutar de una sexualidad plena en la tercera edad. Adaptación a los cambios físicos y psicológicos que se experimentan a lo largo del tiempo, adaptación que lleva a recordar que no se pueden hacer las mismas cosas de la juventud o de la madurez. Negar lo anterior llevará directamente a la frustración y la renuncia de la experiencia sexual en tercera edad.