Coronavirus: ¿Por qué no hay papel higiénico?
El miedo al coronavirus ha hecho que la gente compre papel higiénico en considerables cantidades hasta casi desaparecerlo de los supermercados.
El miedo al coronavirus ha hecho que la gente compre papel higiénico en considerables cantidades hasta casi desaparecerlo de los supermercados.
En los últimos días ha sorprendido ver en los medios las imágenes de gente agolpada en los supermercados y de estanterías de productos como el papel higiénico prácticamente vacías. ¿Por qué en este contexto algunos productos de pronto desaparecen de las estanterías de los supermercados?
Profecía autocumplida
La psicóloga Sonia Cervantes explica al respecto:
“(Este fenómeno) obedece a un proceso que ha descrito la psicología que es la profecía autocumplida”.
La profecía autocumplida o efecto Pigmalión explica que las expectativas que ponemos sobre algo hacen que termine sucediendo. En palabras de Cervantes:
“Cuando verbalizas el miedo a algo o cuando se hace efectivo el miedo a algo, actúas de tal manera que lo acabas provocando”.
En este caso, si vemos en las noticias que muchas personas están comprando papel higiénico y verbalizamos con nuestro entorno que puede que se acabe, esto nos hace ir a comprar por si acaso. Y este por si acaso acaba convirtiéndose en realidad, pues al final, este producto se termina. Es decir, el temor a quedarse sin papel higiénico acaba vaciando los estantes del supermercado de este producto.
Disonancia cognitiva
Sonia Cervantes afirma, además, que en este caso se ha dado una disonancia cognitiva, es decir, un conflicto entre las creencias o suposiciones y la información que recibimos. Las personas intentamos mantener siempre cierto equilibrio y consistencia interna. Necesitamos que nuestras actitudes y nuestros comportamientos sean coherentes entre sí.
En la situación actual, nos hemos encontrado con que por un lado se lanzaban mensajes de calma, pero por otro se confinaba a la población. La doctora Cervantes comenta:
“Entonces se produce un cortocircuito dentro de la persona que hace que desconfíe. Esto favorece fake news, conspiranoias y el pánico generalizado”.
Esta disonancia cognitiva es la chispa que enciende el pánico y la paranoia colectiva. Las emociones colectivas se contagian y no hay que dejarse arrastrar por el pánico. Es importante mantener la calma, pues para la especialista:
“Llega un momento en que la masa actúa como un ente”.
Las emociones colectivas se contagian a los individuos que, por otro lado, pueden ser absolutamente racionales en otro tipo de situaciones. Cervantes indica:
“Lo que se está contagiando realmente, pero de forma exponencial es la emoción del otro. Es esa frase que decía Shakespeare: de lo que tengo miedo es de tu miedo”.
Para evitar el pánico, cuenta la psicóloga, hacen falta tres elementos esenciales:
- Empatía: aunque uno no sea de un grupo de riesgo, hay que pensar en el otro.
- Responsabilidad: adaptarse a la situación, cambiar los hábitos.
- Sentido común.
Además, es importante aceptar las emociones. Tener un poco de miedo es algo normal e incluso necesario porque nos pone en alerta y nos ayuda a cumplir las recomendaciones. Pero existe una gran diferencia entre miedo y pánico. El miedo puede ser protector, el pánico, en cambio, es un desastre. El miedo se debe reconocer como una emoción temporal.
Redes sociales e internet
Las redes sociales e internet también tienen un rol importante en fenómenos como este. Probablemente haces treinta años, antes del auge de la tecnología, no hubiesen ocurrido fenómenos como el del papel higiénico y las aglomeraciones en los supermercados.
Sonia Cervantes opina:
“Mucha información y mucha fake news se viraliza y eso también contribuye al estallido de ciertos comportamientos”.
Existe, además, un exceso de información, casi siempre negativa, por lo que la especialista recomienda desconectar las radios y televisores al menos durante unas cuantas horas. Aunque la información que se da sea útil para concientizar sobre la gravedad de la situación y hacer que la gente tome medidas, también acaba provocando pánico si se repite todo el día.
La psicóloga sostiene:
“Cuanta más información tengo más miedo tengo, cuanto más miedo tengo más información necesito”.
Síndrome FOMO
Algunos especialistas han apuntado también al síndrome FOMO (fear of missing out), miedo a perderse algo, como el responsable del furor por determinados productos como el papel higiénico. Este síndrome, normalmente asociado a la tecnología y las redes sociales, consiste en una ansiedad por estar constantemente conectado a lo que otros están haciendo. Es decir, si uno ve a otros comprar papel higiénico, también siente la necesidad de comprarlo por miedo a quedarse sin él.