La lenta recuperación física después del COVID-19
La fisioterapia es fundamental para recuperar a pacientes que estuvieron internados por coronavirus.
La fisioterapia es fundamental para recuperar a pacientes que estuvieron internados por coronavirus.
Los ejercicios físicos son una forma de distraer y animar a las personas que han estado internadas durante semanas a causa del nuevo coronavirus, gracias a ellos, son capaces de recuperarse mejor.
Alberto Sánchez Sierra, vocal del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla-La Mancha, sostiene:
“Dos o tres semanas de estar en cama, sin tener por qué haber pasado por la UCI, suponen una gran pérdida de masa muscular y de masa ósea, y una gran incapacidad a nivel cardiorespiratorio”.
En el caso del COVID-19 esto se agrava, teniendo en cuenta que cualquier enfermedad respiratoria afecta al motor que da impulso al organismo, pues no hay que olvidar que la respiración es clave para que nuestras células reciban el oxígeno y los nutrientes necesarios para funcionar correctamente. Por eso, sin unos niveles adecuados de oxígeno, como pasa cuando el coronavirus afecta a los pulmones, todo el organismo se resiente; y los pacientes, tras superar los momentos más críticos, pueden sentir una gran debilidad, incluso incapacidad para moverse.
Alberto Sánchez afirma:
"La mayoría de pacientes te dicen que la sensación que tienen es de que les ha pasado un camión por encima".
Movilizar al paciente desde el primer día
Esta medida es ideal para no perder tanta condición física, según comenta el especialista:
"Podemos trabajar incluso cuando el paciente está intubado e inconsciente. Por ejemplo, si queremos mejorar la movilidad del brazo, podemos hacerlo de forma pasiva: moviéndoselo nosotros".
El cuerpo responde a estímulos y esa información también llega al cerebro, porque nota esas tensiones, esas presiones, y si el cerebro está informado, eso ocasiona que su respuesta, después de la enfermedad, sea mejor.
Recuperarse en casa
Los ejercicios que se deben llevar a cabo al recibir el alta hospitalaria, dependen mucho del estado en que haya quedado el paciente; para saberlo, es fundamental hacer una valoración física.
Sánchez explica:
"Les pedimos una serie de ejercicios suaves, muy simples: cuantas veces te levantas de la silla, cuantos pasos puedes dar, cuanto tardas en recorrer cierta distancia o en subir cinco escalones son pequeñas pruebas tanto de fuerza como de trabajo aeróbico para ver en qué condiciones está".
A partir de ahí, para determinar cuál es el trabajo más adecuado para cada paciente, se tienen en cuenta tres niveles:
1Cuando el paciente sigue en cama
Es esta primera fase el objetivo es activar al paciente; en caso de que las sesiones sean virtuales, el fisioterapeuta hará el trabajo asistido por la ayuda de algún familiar del paciente.
El especialista sugiere:
"Les pedimos que hagan cosas sin contar repeticiones: que muevan los hombros, los codos, las muñecas, los tobillos, que abran y cierren las manos... que intenten pasar de tumbados a sentados, de sentados a de pie, y que lo hagan con frecuencia, que intenten moverse al menos cada hora".
2Cuando ya está más activo
En esta etapa, la persona ya puede llevar a cabo un trabajo más guiado. Algunos ejemplos de ejercicios recomendados por especialistas son: levantarse y sentarse, ponerse una toalla en los pies y empujarla, tirar y empujar con los brazos (se puede usar algún elástico para este caso) o caminar.
3Cuando el nivel de exigencia puede ser mayor
Es el momento en que se puede empezar a pedir que el paciente haga repeticiones, incluso que trabaje con peso. Y esto puede tardar, incluso, un par de meses en llegar.
Al respecto, comenta Alberto Sánchez:
"Hay que tener en cuenta, eso sí, que a las personas con un buen nivel físico previo a la enfermedad, al tener un punto de inicio mejor, se les puede exigir trabajos más fuertes sin problema".
No descuidar la forma física puede ser una buena manera de prevenir complicaciones en caso de infectarse por el coronavirus.
Sánchez advierte:
"Cuanto mejor estemos físicamente, menor será el golpe. Y tampoco hay que olvidar que el trabajo físico de intensidad moderada refuerza nuestro sistema inmunitario".
La constancia
Para ir recuperando capacidad muscular, respiratoria y también la energía hay que ser muy constantes durante todo el proceso. Para que la rehabilitación funcione, el paciente debe realizar, él solo, un 80% del total del programa, por lo que es importante, en la medida de lo posible, adaptar el trabajo a sus aficiones. Pero no hay que confundir la constancia con el sobreesfuerzo. En una escala del 0 al 10, la exigencia debería estar entre el 5 y el 7.