Estrés vacacional
Ocurre en personas que no logran desconectarse de la rutina laboral, se sienten más cómodas con horarios y actividades marcadas y no saben qué hacer con su tiempo libre o idealizan las vacaciones y luego se decepcionan al enfrentarse con la realidad.
Ocurre en personas que no logran desconectarse de la rutina laboral, se sienten más cómodas con horarios y actividades marcadas y no saben qué hacer con su tiempo libre o idealizan las vacaciones y luego se decepcionan al enfrentarse con la realidad.
Hace algún tiempo hablábamos en Sanar.org del estrés postvacacional que afecta a las personas a las que luego de un período de ocio les cuesta volver a la rutina laboral. Sin embargo, en esta oportunidad haremos referencia a cuando esta situación de estrés aqueja durante las vacaciones, lo que se denomina estrés vacacional. Se supone que las vacaciones están pensadas para descansar, relajarse y disipar el estrés laboral acumulado. Pero hay casos en que esto no ocurre, sino todo lo contrario. Paradójicamente a lo que se espera, el estrés aparece durante las vacaciones y se vuelve de éstas más estresados que antes.
Iñaki Eguiluz, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Cruces en Barakaldo, España, hace el siguiente análisis:
…las vacaciones en ocasiones se idealizan, generando, en algunos casos, sentimientos de frustración. Además, la convivencia con familia y amigos es más intensa, lo que deriva bien en satisfacción o bien en un conflicto, según se desarrolle la misma. La oportunidad que ofrece el periodo vacacional de romper con la rutina en verano puede provocar en algunas personas estados de ansiedad, fobias y depresiones, puesto que han de decidir dónde ir, cómo y con quién.
Causas del estrés vacacional
- Mucho tiempo libre
- Incapacidad de desconectar
- Incapacidad de adaptarse a lo nuevo
- Ausencia de rutina
- Exceso de tiempo libre en familia
- Querer hacer mil cosas en poco tiempo
Suele ocurrir en aquellas personas que siempre tienen muchas obligaciones. Entonces no saben qué hacer, ni cómo actuar cuando tienen tiempo libre. Es así que se desconciertan, desorientan y enfrentan un enorme vacío al no saber qué hacer con tanto tiempo sin la “obligación” de tener que hacer algo.
Algunas personas se creen imprescindibles y piensan que en su ausencia todo se desmoronará. Esto se da en cargos de directivos de mucha responsabilidad, pero también en otros cargos de menor rango. Son, en alguna medida, individuos obsesionados con su trabajo, dependientes absolutamente del mismo, que no se desconectan nunca de él y pasan sus vacaciones respondiendo llamadas, e-mails y demás.
Existen personas que son más resistentes que otras a los cambios, a las novedades, les cuestan adaptarse. Entonces padecen el tener que cambiar de residencia, dormir en otra cama, usar otro baño, etc.
Por muy paradójico que parezca, existen personas que se sienten más cómodas en la rutina. Es decir, les da como una sensación de tranquilidad, de seguridad el tener que hacer todos los días lo mismo y a la misma hora. La repetición le facilita las cosas y el tener que improvisar, apelar más a la imaginación, la creatividad, la espontaneidad, les genera ansiedad, incertidumbre, en otras palabras: estrés.
Este es un punto clave de este tema. Si bien las vacaciones son la zanahoria que impulsa durante todo el año a seguir adelante para llegar a este tan ansiado momento. Sucede que en ocasiones las expectativas superan ampliamente a la realidad y en nada se ajustan a ella. En ello la familia tiene un rol decisivo. Aunque sean lo que uno más ama en el mundo, la convivencia full time, sin las treguas impuestas por las obligaciones, pueden hacer estragos en las relaciones intrafamiliares. La intensidad que implica este período de vacaciones, propicia los desacuerdos, las discusiones, las peleas, todo lo que provoca estrés.
Existen quienes planifican sus vacaciones como un total y absoluto período de descanso y relax, en el que no hay horarios, ni actividades agendadas. Pero están los otros, los que quieren sacarle el máximo jugo y planifican diez mil cosas para hacer en poco tiempo. Esto implica un gran desgaste de energía física y mental que puede terminar siendo perjudicial y de disfrute no tener nada.
Recomendaciones para no caer en el estrés vacacional
Las vacaciones son un momento de relax, descanso y disfrute personal. Esto implica descansar haciendo lo que a uno más le gusta y disfruta. Si eso involucra leer un libro bajo la acogedora sombra de un árbol en una tarde de verano bienvenido sea. Ahora también es válido, y eso dependerá de las preferencias personales, recorrer varios lugares a un ritmo vertiginoso y sin parar. Sin embargo, en líneas generales las siguientes recomendaciones podrán ayudar a evitar el estrés vacacional.
- Fraccionar las vacaciones
- Desconectarse
- Realizar una adaptación previa al viaje de vacaciones en casa
- Llevar una vida sana también durante las vacaciones
- No acceder a las presiones sociales y familiares
- Plantearse objetivos realistas
Esta recomendación aplica también a las personas que padecen estrés postvacacional. La psicóloga española Elisa Sánchez lo explica así:
Todo ocurre porque nuestro cuerpo se acostumbra, durante el año, a unos ritmos que disminuyen durante las vacaciones. Y después cuesta volver al ritmo normal. Por eso el parón de un mes puede ser excesivo, por lo que es más conveniente repartir las vacaciones en dos descansos de dos semanas.
Las vacaciones tienen que ser un periodo de desconexión de la rutina. Esto implica cambiar de ambiente radicalmente, de actividades, de horarios e incluso hasta de ropa. Esto puede incluir elegir un destino de vacaciones muy lejano, donde quizás no exista cobertura de wifi, ni de teléfono celular.
En vacaciones hay que desconectar, en todos los sentidos.
Esta recomendación es válida para aquellos a los que les cuesta asimilar los cambios y adaptarse a lo nuevo. Si se cuenta con unos cuantos días de vacaciones, lo ideal es los primeros días quedarse en casa e irse adaptando progresiva y gradualmente a esta nueva situación de tiempo libre, a este nuevo ritmo, antes de salir de viaje.
Si bien las vacaciones son para disfrutar, ello no necesariamente significa excesos permanentes. Ya que el caer en ellos sin medirse, puede conllevar problemas de salud que favorezcan el estrés. Por esto, sin obsesionarse, lo recomendable es mantener una dieta equilibrada, dormir bien (pero tampoco excederse) y mantenerse físicamente activos.
El período de vacaciones muchas veces es el elegido para pasar en familia y esto incluye en algunos casos además del núcleo familiar a los padres, suegros, cuñados, primos, etc. En este sentido, la recomendación es ser muy objetivos y no acceder a las presiones. Elegir vacacionar con quien realmente se desea y no con quien se debería por compromisos familiares. Ya que el acceder por presiones, puede terminar en discusiones, peleas, malos entendidos, producto de la convivencia y de diferentes costumbres y formas de vivir.
Hay que tener en cuenta que no es tan importante el tiempo que hay de vacaciones, como qué se va a hacer con ese tiempo del que se dispone. El principal objetivo de las vacaciones es el de ganar una oportunidad para cuidarse, disfrutar haciendo lo que a uno le gusta como vacuna para contrarrestar el estrés y romper con la monotonía en la que se vive día a día.
Un error muy común es ser demasiado ingenuo en cuanto a las expectativas puestas en las vacaciones. El pensar que en esta etapa todo se va a solucionar y va a ser fantástico sólo porque se está de vacaciones, es una gran equivocación. Es necesario poder ser objetivo y plantearse un escenario realista para luego no decepcionarse.