Diez pasos para beneficiar la salud mental con la introspección
Para una mejor salud mental, nada mejor que mente y cuerpo en sano equilibrio
Para una mejor salud mental, nada mejor que mente y cuerpo en sano equilibrio
Presta atención a estos diez pasos para beneficiar la salud mental mediante la introspección.
- Para estar saludable mentalmente, primero debemos cuidar nuestro cuerpo
- Debemos vernos a nosotros mismos como personas válidas
- Debemos juzgarnos con estándares acertados
- Nuestro fin debe ser valorarnos y aceptarnos como somos
- Aceptaremos las cosas que no podemos cambiar
- Debemos hablar de lo que nos pasa
- Cuando caigamos en una crisis, sabremos que no importa lo difícil que sea, lo superaremos
- No dejemos que nuestros mecanismos de defensa nos saboteen
- Debemos empezar por prevenir el desequilibrio
- No atribuir nuestra poca salud mental a cuestiones de química cerebral y genética
Si somos desordenados en nuestras comidas, no hacemos ejercicios y no nos levantamos de la cama hasta tarde, seguramente desarrollaremos alguna enfermedad mental (probablemente una depresión).
Llevar una vida ordenada respetando horarios, sin comer en demasía y en el momento adecuado y alejarnos de los vicios como el alcohol y las drogas, son algunos de los puntos a considerar si deseamos tener una mente y un cuerpo sanos. Todos los elementos o circunstancias que dañen nuestro cuerpo por consiguiente, dañarán nuestra mente.
Nadie nos puede negar que existimos y lo que somos. Tenemos que convencernos que valemos y aprender a ser mejores amigos de nosotros mismos. No debemos permitirnos sabotearnos, humillarnos, criticarnos y descuidarnos.
Escribamos aquellas cosas poco amables y desalentadoras que pensamos de nosotros mismos y junto a ello redactemos palabras de ánimo para enfrentar esas situaciones. Escribamos que aunque nos sabemos débiles y todos cometemos errores, debemos seguir adelante y salir adelante. La idea que debe primar en nosotros, es que no tenemos que sabotearnos y que todos esos aspectos negativos que pensamos, deben ser rápidamente descartados y suplantados por pensamientos positivos.
Si nos fijamos metas inalcanzables, nos castigaremos cuando no consigamos lograrlas. Los objetivos a cumplir deben ser coherentes y pensados de acuerdo a nuestras limitaciones. De esta manera, si no logramos estar a la altura de lo que esperamos de nosotros mismos, no nos desilusionaremos. Muchas veces nosotros mismos somos nuestro peor juez.
De otra forma siempre estará el miedo a que los demás nos rechacen y para evitar eso nos aislaremos y terminaremos quedándonos solos. Si aprendemos a valorarnos más, no pensaremos que nos van a apartar, no tendremos miedo a los demás y disfrutaríamos más de nuestras relaciones.
No nos sentiremos mal por cosas que nos lastiman pero que escapan a nuestro accionar. La clave está en aceptar: Reconoceremos que todo eso que quisiéramos alterar fuera de nosotros, no lo podemos cambiar y que el primer paso para el cambio es la aceptación.
Conversemos de lo que nos ocurre con otras personas y tratemos de averiguar cómo nos ven ellos. Hablemos con nuestro terapeuta y él nos orientará para resolver los problemas mentales que tengamos.
Cada vez que descubrimos que nuestras ideas eran equívocas, comenzamos a dudar de todo lo que hemos hecho y empezamos a considerarnos vulnerables.
Siempre que tenemos miedo buscamos un mecanismo de defensa que nos ayude a resistir y cuanto más mal nos sentimos, más desesperado es el mecanismo al que apelamos
Muchos de nuestros mecanismos de defensa nos llevan a actitudes extremas y que terminan perjudicándonos. Son formas inconcientes de enfrentar aquellas situaciones que percibimos como amenazadoras.
El desequilibrio mental no es ineludible, pero, si no nos valoramos y nos aceptamos, probablemente sufriremos un desequilibrio mental cuando se presenten situaciones difíciles. Si nos apreciamos, cuando soportemos una pérdida nos sentiremos apenados, sin embargo no nos deprimiremos.
Se ha comprobado que aquellas personas que padecen de depresión, cambian sus niveles de serotonina, pero eso no significa que haya algún cambio bioquímico en el comienzo de una de estas enfermedades mentales. Lo mismo ocurre con el pensamiento de que la depresión es hereditaria, ya que están sustentadas en investigaciones discutibles.
Si atendemos estos puntos estaremos más cerca de cuidarnos de sufrir una enfermedad mental. Cuanto más nos conozcamos y nos informemos, más simple será llevar una vida saludable.