Piromanía
Conductas incendiarias, placer, relajación al comenzar un incendio
Conductas incendiarias, placer, relajación al comenzar un incendio
Se trata de un trastorno psiquiátrico del control de los impulsos, cuya principal característica es la de sentir una especial atracción por el fuego. Las personas que lo padecen, llamados piromaniacos, suelen comenzar incendios, observarlos y sentir placer o relajación al hacerlo. La piromanía es parte de la tríada psicopática, juntamente con la enuresis y el maltrato animal.
Es una enfermedad poco frecuente, que afecta a menos del 1% de la población. Es más común en hombres (el 90% de los diagnosticados con el trastorno son hombres) y es muy rara en niños y adolescentes.
Causas y factores de riesgo
Factores individuales
- Búsqueda de sensaciones: A algunos adolescentes y jóvenes les atrae iniciar un fuego por falta de otras formas de entretenimiento o simplemente por tedio
- Carencia de habilidades sociales: los jóvenes que tienen conductas incendiarias con solitarios y no tienen amigos
- Comportamientos y actitudes antisociales: Los adolescentes piromaniacos a su vez han cometido, generalmente, otros delitos como delitos sexuales o vandalismo
- Búsqueda de atención: Dar inicio a un incendio se transforma en una manera de captar la atención de padres o autoridades
- Inconciencia e ignorancia de los peligros que implica el fuego
Factores ambientales
- Falta de supervisión por parte de los padres
- Víctimas de abuso sexual o físico o entorno familiar donde el abuso de drogas y los comportamientos violentos son frecuentes
- Acontecimientos estresantes: Hay niños y adolescentes que recurren a este tipo de prácticas para afrontar las crisis en sus vidas o por carecer del apoyo necesario por parte de sus padres para afrontarlas
- Presión del grupo: Ser parte de un grupo donde hay pares que juegan con fuego o fuman, constituye un factor de riesgo
Síntomas
Este trastorno en niños y adolescentes puede ser crónico o episódico. Hay quienes pueden causa incendios con regularidad en busca de aliviar la tensión, mientras que otros sólo lo hacen en épocas concretas de estrés. Los casos de niños piromaniacos son poco frecuentes. Para que un niño sea diagnosticado con la enfermedad, debe contar con una historia de incendios intencionales y debe demostrarse su obsesión por el fuego, que no debe ser atribuida a venganzas, otros trastornos psicológicos tales como trastorno de personalidad antisocial o daño cerebral.
La piromanía en adultos es similar a otros trastornos del control de los impulsos como por ejemplo: Trastorno obsesivo compulsivo, los trastornos del estado de ánimo, el abuso de sustancias. La piromanía en los adultos se ha asociado con pensamientos suicidas, depresión, poca capacidad para afrontar el estrés y conflictos reiterados en las relaciones interpersonales.
Tratamiento
El tratamiento para la piromanía, generalmente, es la terapia de modificación de conducta ya sea en niños o en adultos. Esto generalmente se logra, través del sistema de castigo y recompensa. Se refuerzan las conductas deseadas mediante respuestas positivas.
En adultos la piromanía resulta más difícil de tratar a consecuencia de la falta de comprensión y cooperación de la gran mayoría de los pacientes con este trastorno.