Fiebre tifoidea en América Latina
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa consecuencia de las carencias de medidas de higiene y sistema de saneamiento. Es más frecuente en países menos desarrollados. Contrariamente, en países industrializados la prevalencia es baja.
La fiebre tifoidea es una enfermedad infecciosa consecuencia de las carencias de medidas de higiene y sistema de saneamiento. Es más frecuente en países menos desarrollados. Contrariamente, en países industrializados la prevalencia es baja.
La fiebre tifoidea es una infección causada por la bacteria Salmonella typhi, que puede causar diarrea, fiebre, erupción cutánea y malestar generalizado. Afecta fundamentalmente a los habitantes de los países subdesarrollados, en donde al acceso al agua potable y servicios sanitarios no siempre es sencillo.
Prevalencia de la fiebre tifoidea en América Latina
La prevalencia de la enfermedad en el mundo, es decir la proporción de personas que sufren una enfermedad con respecto al total de la población en estudio, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ronda los 16 millones de casos, alcanzando aproximadamente 600.000 muertes anuales.
En algunos países de América Latina, Asia y África, aún constituye un grave problema de salud pública, presentando una incidencia anual cercana al 1% y tasas de mortalidad de hasta el 10%. En países donde la fiebre tifoidea es endémica, las tasas más altas se encuentran en los niños de entre 5 y 12 años.
En una conferencia internacional del 2011 realizada en Niza, Francia, organizada por Sabin Institute (Estados Unidos), sobre fiebre tifoidea en África, se documentaron las tasas más elevadas en el grupo de edad de 2 a 4 años (la incidencia de 2.000 por 100.000 años/personas). Estudios realizados por el Dr. Stephen Obaro en Abuja, Nigeria, arrojaron los siguientes resultados:
…la fiebre tifoidea fue, en menores de 5 años, la causa número uno de infección bacteriana invasiva…
En países desarrollados, la mejor calidad y condiciones de vida, el acceso al agua potable, la higiene, así como el ingreso de antibióticos y vacunas, ha reducido en las últimas décadas la cantidad de casos. Por ejemplo, en Estados Unidos se reportan, aproximadamente, unos 400 casos al año, provenientes en su mayoría de los países más pobres.
El Protocolo de vigilancia de fiebre tifoidea y paratifoidea, publicado el 2008 en Bogotá por el Instituto Nacional de Salud de Colombia, indica lo siguiente:
Se consideraron regiones con alta incidencia de fiebre tifoidea (más de 100/100 000 casos/año), Asia centromeridional y Asia sudoriental; regiones de incidencia media (10–100/100 000 casos/año), el resto de Asia, África, América Latina y el Caribe y Oceanía, salvo Australia y Nueva Zelandia. Europa, América del Norte y el resto del mundo desarrollado tienen una baja incidencia de fiebre tifoidea (menos de 10/100.000 casos/año). Se calculó que la fiebre tifoidea causó 21.650.974 casos y 216.510 defunciones durante el año 2000, y la fiebre paratifoidea 5.412.744 casos.
Prevención de la fiebre tifoidea
Las medidas de higiene y saneamiento son dos de las medidas fundamentales en la prevención de la fiebre tifoidea. La manipulación correcta de alimentos, el uso de agua potable, así como la cocción adecuada de los mismos permiten prevenir la fiebre tifoidea.
La OMS recomienda dos vacunas para prevenir la enfermedad, que protegen entre el 50 y 80% de los casos. La Ty21a vía oral, con cuatro comprimidos debe tomarse uno cada dos días; y la Vi capsular polysaccharide (ViCPS), es un inyectable que se debe administrar, aproximadamente, una semana antes de viajar. Ambas vacunas son recomendadas a los turistas que viajan a lugares donde la enfermedad es endémica.
Por otro lado, no existe vacuna para proteger a los niños de menos de dos años. Es por ello que se hace imperiosa la necesidad de desarrollar nuevas vacunas que prevengan la fiebre tifoidea ya que, adicionalmente, se han manifestado casos de infección por S.typhi resistente a los antibióticos.