Filariasis linfática
Enfermedad infecciosa propagada por mosquito que causa deformidad en miembros inferiores y genitales
Enfermedad infecciosa propagada por mosquito que causa deformidad en miembros inferiores y genitales
Esta enfermedad infecciosa conocida con el nombre de elefantiasis, que es transmitida por unos parásitos llamados filarias a través de diferentes tipos de mosquitos (Culex, por ejemplo). La misma se contrae en general durante la infancia y causa daños en el sistema linfático que suelen aparecer más tarde.
Este síndrome se caracteriza por el incremento de algunas partes del cuerpo, especialmente las extremidades inferiores y los genitales externos.
Actualmente según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 25 millones de hombres padecen enfermedad genital y más de 15 millones sufren linfedema.
Síntomas
La mayoría de las infecciones cursan asintomáticas y no hay manifestaciones externas. Pero igualmente causan daño en el sistema linfático, el sistema inmunitario y los riñones.
El linfedema crónico, o elefantiasis se caracteriza, generalmente, por episodios agudos de inflamación localizada de los ganglios, la piel y los vasos linfáticos. En algunos casos, éstos son causados como respuesta inmunitaria del organismo contra el parásito. Pero la mayoría, es consecuencia de infecciones bacterianas cutáneas, ya que las defensas normales han sido deterioradas por el daño linfático.
Una vez que la filariasis linfática se hace crónica, causa inflamación de los tejidos (linfedema), engrosamiento de la piel (elefantiasis) de los miembros y acumulación de líquidos (hidrocele). Es común que se vean afectados las mamas y los genitales. Estos síntomas son muy discapacitantes y generan gran estigma social por la apariencia física que adquiere la persona afectada.
Tratamiento
Para esta enfermedad no hay cura, pero pueden tratarse los síntomas. El tratamiento debe tener por objetivos tratar la infección con antibióticos e higiene y mejorar el flujo de la linfa con la ayuda de masajes y ejercicios.
Medicación
Los antibióticos no matan a los gusanos, pero son utilizados para evitar la propagación de la enfermedad. La OMS aconseja en las zonas de riesgo, tratar grandes poblaciones con una sola dosis al año de albendazol combinado con ivermectina o citrato de dietilcarbamazina. El objetivo es romper el ciclo de transmisión.
Higiene
La higiene periódica de las zonas del cuerpo afectadas con agua limpia y jabón es muy importante y mejora los síntomas.
Ejercicio y masajes
Para reducir la hinchazón y restaurar la función del flujo de la linfa en las extremidades, es fundamental el ejercicio y los masajes.
Cirugía
La cirugía, generalmente, suele ser eficaz sólo cuando la inflamación afecta al escroto, pero no así a las extremidades.
Prevención
Hay medidas preventivas como la prevención de picadura de mosquitos, que reducen la incidencia de la enfermedad en zonas endémicas.